Thursday, September 08, 2005

'Democracy Unrealized': Stuart Hall, Zizek, Wallerstein, Laclau y otros... en videos Real One

En Viena, desde el 15 de Marzo al 20 de Abril de 2001 y en Berlín desde el 4 al 25 de Octubre de 2001, se llevó a cabo la Conferencia ‘Democracy Unrealized’ organizada por Documenta 11 en cooperación con The Academy of Fine Arts Vienna y el Institute for Theory, Praxis and Mediation of Contemporary Art. El evento reunió a varios connotados intelectuales críticos, incluyendo a Stuart Hall, Slavoj Zizek, Immanuel Wallerstein, Chantal Mouffe, Ernesto Laclau, Antonio Negri, entre otros. Lo singular del evento es que las conferencias en ingles fueron grabadas en video, las que se pueden obtener gratuitamente de la página del sitio en formato Real One Player. Disfrútenlas!

Monday, September 05, 2005

Pero si son todos mediáticos, Alfredo!, a propósito del encontrón Bachelet - Jocelyn-Holt.

Las elites suelen defenderse bien de los ataques provenientes desde el llano. Y no puede ser de otra forma pues ello constituye –siguiendo a Laclau- la lógica básica de su propia existencia. Es el tipo de tensiones para el cual están bien preparadas a resistir, mas aún, las fortalece, dotándolas de unidad, al reducir sus diferencias y estimular sus semejanzas. Pero recientemente se ha observado en la política chilena, eso que los franceses llaman un escándalo, un ataque desde dentro de las propias elites, más peligroso e inusual. Aunque claro, dotado de los rasgos gatopardescos propio del modo chileno, lo que lo hace más castizo, diríamos menos cruento.
La candidata a la Presidencia de la República Michelle Bachelet fue acusada de ser “un producto de marketing mediático” por un destacado historiador de ‘lengua filosa’, como no ha tardado en ser caricaturizado. Aunque inusual para las formas cortesanas habitualmente empleadas por los críticos criollos, lo verdaderamente peculiar del incidente no radica, me parece, en la forma en que la interpelación fue realizada, sino en su contenido. Mas aún, lo escandaloso no parece provenir de lo propiamente dicho por el historiador, sino de todo lo que quedó excluido de su afirmación.
Que se acuse a Michelle Bachelet de ser un producto mediático no hace más que evidenciar el principal campo de acción de las lógicas políticas contemporáneas: lo mediático, que es donde la simpatía y el carisma, entre otros rasgos, en definitiva se expresan y desarrollan, incluso más allá de las decisiones personales de sus titulares. Y en Bachelet, ello resulta evidente y ha sido reiteradamente reconocido por la propia candidata, en quién –sospecho- la tradicional frase ‘nunca pensé ser presidente’ resulta abismantemente cierta.
Lo mediático, explica que personas afables como Bachelet, con escasas posibilidades de asenso en las lógicas tradicionales de la política, aparezcan de la noche a la manana (diríamos del 2001 al 2005 que es menos de una noche en historia política) bendecidas por la tozuda voluntad de las mayorías. Por lo tanto, en Bachelet lo escandaloso, no es que ella sea un producto mediático, pues a esta altura toda la política se define en lo mediático, sino que sea un producto mediático exitoso, mas aún que el origen de su éxito sea poco explicable en la lógica política tradicional.
En esto, Jocelyn-Holt sin quererlo y peor aún para él sin saberlo- devela lo verdaderamente obsceno de Bachelet: su imprevisibilidad. Es lo innombrable, lo real diría Žižek, que trata de ser ocultado, léase explicado, mediante abundantes apelaciones dudosas a la historia política de la candidata, incluida la de su familia, a su ‘larga’ trayectoria en el servicio público, al simbolismo de su reconciliación con el pasado, etc.
Lo cierto es, que lo que una elite no puede permitirse es que se produzcan tensiones estructurales en su propio seno, como las ocasionadas por la emergencia de un afuerino(a) imprevistamente favorecido(a) por la voluntad popular. Es por ello que la interpelación de Jocelyn-Holt -uno de los suyos- molestó tanto no sólo a Bachelet sino de sobremanera a la elite política empenada desde hace un tiempo en regular lo impredecible.
Paradojalmente –y afortunadamente para la elite- si hay algo que sí puede granjeársele a favor de la habilidad política de Bachelet es que por ahora ella parece intuir tal desacomodo y se comporta como se espera que lo haga, siguiendo los modales practicados desde antano y que han dado estabilidad a la política chilena, esto es, como un miembro originario de una tribu en la que hasta hace poco no era más que una advenediza.
Mientras tanto, en el llano, como si adivinasen las molestias causadas, los consumidores de realities ya parecen haber elegido a su preferida, por simpatía, nada más que por simpatía. Que las elites arreglen el resto.